Escrito por Fernando Botella, CEO de Think&Action
Qué el personal sanitario necesita desarrollar sus habilidades interpersonales no es nada nuevo. Si tu día a día implica ver a un buen número de pacientes en tiempo record y coordinarte con varios colegas para su atención, es de Perogrullo que te conviene saber expresarte y relacionarte de la mejor forma posible. Después de siglos en los que primó el conocimiento biotécnico sobre todas las cosas, hasta el punto de desdibujar la importancia de saber tratar con otras personas, nos damos cuenta de que en el entorno sanitario las habilidades también importan. Y ya puestos, no solo hablamos de habilidades interpersonales, sino también de las individuales y organizacionales. Porque a un médico le interesa muy mucho potenciar su iniciativa, su habilidad de aprender cosas nuevas o su orientación a resultados. Nuestra experiencia en este sector nos ha valido para hablar de cinco bloques de habilidades en los que el personal sanitario suele necesitar desarrollo.
Empezamos hablando de las habilidades asociadas a la gestión del cambio. La de los médicos es una de las profesiones en las que el reciclaje constante está más presente. Si el mundo va rápido para todos, en el sector sanitario la velocidad es supersónica. Al aprendizaje constante en el área técnica se suma el cambio de modelo al que estamos asistiendo en la última década. También en el campo de la gestión empresarial de las instituciones sanitaria. Y para salir bien parado de esta vorágine no basta con ser reactivos, tenemos que anticiparnos a lo que viene y colaborar para que suceda.
El segundo bloque de habilidades es la gestión de equipos. Conseguir que el equipo completo trabaje alineado y motivado no es tarea fácil, especialmente cuando toda nuestra formación y desarrollo se ha focalizado en la adquisición de nuevo conocimiento técnico. El sector sanitario también necesita líderes, y como casi todo en esta vida, a ser líder también se aprende.
Y si seguimos hablando de relaciones interpersonales toca hablar de la gestión de grupos de interés, que para el sector sanitario serían, entre otros, los pacientes y sus familiares, colegas de profesión y la clase médica en general. En un área tan sofisticada como la medicina, en la que la gestión del conocimiento es un plus (colegas de profesión), pero también importa sobre manera la escucha y la comunicación persuasiva (paciente y su entorno familiar), saber adaptarse a cada colectivo va a ser esencial. Sin olvidarnos de la comunidad médica en el sentido más amplio, con la que es necesario interactuar regularmente a través de congresos, artículos o conferencias a fin de ir trazando una carrera y desarrollar nuestro nivel de networking. El desarrollo de las habilidades en la gestión de grupos de interés va a ser esencial para una mayor eficiencia y mejores resultados.
La gestión de conflictos es un área que no siempre se tiene en cuenta pero que resulta esencial en el entorno médico. La salud de las personas es un bien demasiado preciado que no puede entrar en zona de peligro por culpa del escaso nivel de autoconocimiento o de autorregulación del profesional. Si el conflicto está presente en la vida del médico de forma sostenida, asumámoslo como tal y demos herramientas para que se pueda lidiar con él limpiamente.
En el centro de todas estas competencias se sitúa una última que aporta contenido a cada una de ellas: la estrategia. Tradicionalmente el médico estaba excluido de los tentáculos del kraken estratégico. El médico era un profesional independiente, absorto en sus pacientes y muy poco atento al marco en el que desempeñaba su labor. Ese modelo tiene los días contados. La nueva visión del sector sanitario apunta a que el médico es partícipe de una organización y como tal, ha de tener en cuenta la cultura y objetivos de dicha organización y adaptarse a uno y otro.