Fernando Botella: «El directivo educativo debe tener pensamiento disruptivo»

Business trainer, coaching, speaker, design thinking… Parece que nos enfrentamos a un universo desconocido, pero son solo palabras, definiciones; lo que realmente esconden estos anglicismos es conocimiento, innovación y saber hacer, que es lo que, en verdad, posiciona a especialistas como Fernando Botella, todo eso leído anteriormente, y algo más que cuenta en esta entrevista concedida a ÉXITO EDUCATIVO.

En su opinión, ¿Qué cualidades debe caracterizar a un directivo del sector de la educación?

No debería tener ninguna diferencia con cualquier otro directivo que no sea del sector educativo. Porque muchas veces sectorizamos demasiado a la educación al margen de otros sectores industriales profesionales, de cualquier otro carácter, y creo que la educación hay que entenderla desde la perspectiva de gestión como se entiende el sector de la sanidad u otros sectores públicos o privados que conocemos. Lo cual no quiere decir que la educación sea una cosa diferente.

Sí que es verdad que, junto con la sanidad y pocas cosas más, la educación es absolutamente prioritaria para el desarrollo de la sociedad y de los individuos y, por tanto, requiere de una atención específica en otras áreas más técnicas, pero en lo concierne a lo que son las características de un directivo, mi opinión es que tienen que ser las fundamentales en la mayor parte de los sectores.

Dicho esto, definiría, conforme a la época actual, que habría cuatro elementos fundamentales que deberían las características de un directivo del sector de la educación. El primero es la capacidad de gestionar aprendiendo a ver la realidad de una manera desacostumbrada. La educación hoy, en términos de gestión, no tiene mucho que ver con la de hace algunos años. Un ejemplo fundamental que tenemos ahora es el maldito COVID, porque obviamente nos ha conducido a un modelo de gestión de la educación que no esperábamos tan solo hace un año y medio.

Ver la realidad de una manera desacostumbrada va a tener que formar parte de ese carácter del directivo dentro del sector de la educación. Es decir, el directivo educativo debe tener pensamiento disruptivo, saber tener estrategias creativas para organizar y gestionar de una forma diferente los equipos de trabajo, así como las metodologías y los contenidos educativos. La segunda característica es la capacidad de aglutinar talento. Es fundamental contar con buenos profesores, hacer que los profesores hagan y gestionen bien su talento, trabajen con una actitud determinada y creativa en términos de voluntad, con capacidad de tener una flexibilidad cognitiva potente para poder adaptarse a lo nuevo.

El tercer elemento es la capacidad de generar transformación continua o innovación infinita, que creo que de un tiempo a esta parte se ha perdido en este sector. Ser partícipe de la propia transformación que se está produciendo en el sector no es solo adaptarse a los cambios, es tener también la capacidad de tener un propósito diferente para tu colegio, para la marca que defiendes, y tener capacidad de diferenciación y de hacer una buena defensa de tu propuesta en el mercado.

El cuarto es el branding, es la capacidad de generar marca personal dentro de las organizaciones, de proteger y empoderar a los profesores, al equipo directivo, de tener capacidad de generar un modelo de liderazgo en la organización y que todo eso repercuta en la marca de la propia organización.

¿Cómo se forma al director de un centro educativo? ¿En qué hay que incidir y qué distingue su preparación respecto de otras organizaciones empresariales?

Hay dos componentes clave, saber qué hay que separar de la educación en relación con otros sectores y, entonces, poner el foco ahí; eso tiene que ver con el componente técnico, la metodología, su desarrollo, cómo actualizarse de forma continua; en general, una cultura organizativa que vaya orientada a la mejora continua, al aprendizaje continuo. El segundo componente tiene que ver con la forma de permitir a los profesores que dentro de los recursos que se manejan en este sector, se colabore también en el desarrollo profesional y personal ligando ambos ámbitos. Es decir, todo lo que tiene que ver con metodologías aplicadas a su desarrollo individual como personas que forman parte del equipo.

Los profesores aportan un valor impresionante a la sociedad. Me gusta decir que, junto con los médicos y otros profesionales que prestan servicios esenciales, son unos verdaderos héroes de la sociedad. A los profesores sí que hay que hacerles la ola, no a los futbolistas. Para llegar a eso hay que implementar técnicas de formación continua y de desarrollo de recursos humanos.

¿Es igual dirigir un centro educativo privado que uno público?

Siento que el que está en el sector público dentro de la educación tiene las manos más atadas, por lo que presenta más dificultades para desarrollar determinados elementos que quedan bajo el paraguas de la gestión. Un director de un centro educativo público va a tener más dificultades para tomar ciertas decisiones que son absolutamente interdependientes de las decisiones que tomarán las comunidades autónomas, los gobiernos de turno, etc., pero eso no le excusa, pues hay un entorno donde el directivo puede tener en el día a día influencia, y otro donde solo tendría interés, pero donde sí puede desarrollar influencia tiene que plantearse qué sí puede hacer con estas circunstancias.

Las excusas ya no valen

No podemos caer en el mundo de las excusas para no hacer cosas diferentes. De hecho, hay unos que los hacen y otros que no lo hacen en el mismo entorno. Lo que demuestra que hay formas y voluntades diferentes. En el sector educativo privado el directivo tiene las manos más libres. Muchas veces, los directores participan también de la propiedad y tienen más posibilidades de hacer uso de sus recursos de una forma más libre.

¿El director de un centro educativo ha de ser necesariamente profesor, en el entendido de que comprenderá mejor la esencia de su gestión, o no es preciso?

No es necesario, pero reconozco que mi opinión es muy discutible. Creo que no es necesario. Ahora bien, lo que no puede ser es que no le interese el mundo educativo. Hay una parte de interés, que también es una forma de estar transformándose continuamente con la pedagogía, con las nuevas metodologías… es absolutamente necesario para ser un buen gestor, aunque tú vengas del mundo de la aeronáutica, por ejemplo.

¿En qué consiste su plan de trabajo de ‘entrenamiento’ de directivos?

Mi responsabilidad consiste en acompañar a directivos a través de tres metodologías fundamentales, que son el coaching en términos de desarrollo de las personas; la consultoría estratégica, sabiendo definir planes para afrontar proyectos de futuro y transformación de las organizaciones y los ecosistemas; y el mundo de la mentoría y lo que es acompañar a proyectos donde tenemos herramientas para mentorizarlos y monitorizarlos. Es como un entrenador en una pista de tenis.

“Encontradores de soluciones”

En su modus operandi, usted habla de implementar procesos de Design Thinking y métodos creativos provocadores de pensamiento disruptivo ¿De qué se trata?

Es un proceso de pensamiento que tiene que ver con el pensamiento de diseño. Es un modo de pensar que no tienen nada que ver con los diseñadores, aunque ellos lo hagan. Nace en la Universidad de Stanford, está también en los MBA más importantes del mundo y tiene que ver con una metodología de trabajo que lo que permite es aprovechar el pensamiento creativo, la capacidad de hacer las cosas de una forma diferente a como las hacemos normalmente. La capacidad de ver alternativas múltiples para decidir mejor, algo que va a ser fundamental en cualquier directivo en cualquier sector.

Pero es que en el mundo educativo, fundamentalmente, cada vez se dan más clases, los profesores están aprendiendo Design Thinking. Los más famosos colegios de nuestro país incluyen en las metodologías que usan Design Thinking, métodos donde el protagonista del aula no es el profesor, como clásicamente se entiende, sino el alumno y el modo de trabajar es aprender haciendo, a través de proyectos.

La metodología más importante para implementar en los colegios es esto, es una forma de que el alumno aprenda haciendo y generando múltiples alternativas. Grandes expertos y pensadores a lo largo de la historia siempre han dicho que la inteligencia del ser humano no está tanto en el valor cognitivo, en la memoria, que es importante, pero no tanto en eso como en la capacidad de ser potencialmente creadores de alternativas, es decir ‘encontradores’ de soluciones.

¿Debería formarse a liderar desde la más temprana edad? ¿Cree que debería considerarse una formación escolar en dirigir equipos, por ejemplo?

Liderar tienen mucho que ver con autoliderarse. Liderarse a sí mismo es la capacidad de automotivarse, de autoconocimiento, de autorregulación de las emociones, de la capacidad de la autoestima… todo esto es liderazgo. No hablamos de liderazgo en términos de liderar a otros, sino porque es la mejor forma de tratarse uno a uno mismo y de llevar el timón de tu vida y de tomar decisiones en tu vida que te van a afectar.