Escrito por Fernando Botella, CEO de Think&Action
Un año puede ser mucho o muy poco tiempo en función de las cosas en las que lo hayamos empleado. Si hemos emprendido nuevos proyectos y hemos hecho muchas cosas distintas seguramente tendremos la sensación de un largo año repleto de actividad. Si las novedades han sido escasas es probable que el año se haya pasado en un suspiro. Así lo explica el profesor Douwe Draaisma en alguno de sus libros. Por fin está claro que el tiempo medido por los relojes es una mera anécdota. Y que dejar aparcada la cabeza en casa y andar sonámbulo repitiendo el mismo día una y otra vez devora algo de nuestro presente y de nuestro futuro. Cuando entramos en bucles de repetición, en el llamado efecto masticación o rumiación silente, dejamos que el tiempo fluya más rápido, sin control por nuestra parte ni un aprovechamiento claro del mismo.
Por eso evaluar cómo han sido nuestros últimos 12 meses y ver lo que hemos avanzado y lo que no, nunca está de más. Sea con el final del año, haciéndolo coincidir con nuestro cumpleaños o con cualquier fecha que tenga un significado especial, nosotros decidimos. Pero concedernos un rato a nosotros mismos para determinar dónde estamos y hacia dónde queremos ir es uno de esos lujos asequibles que todos deberíamos permitirnos.
Tomemos lápiz y papel y pensemos en lo que ha sido nuestro año. Preguntémonos a nosotros mismos por los aspectos más importantes de nuestra vida:
Familia
¿Con quién tienes pendiente una conversación?, ¿qué le dirías a cada uno de los componen ese grupo?, ¿qué cosas agradecerías especialmente a tu familia?
Salud
¿Cómo te sientes físicamente?, ¿qué hábitos actuales crees que tienes qué cambiar?, ¿qué crees que te podría hacer sentir mejor físicamente?
Desarrollo Personal
¿Qué cosas haces que causan sufrimiento a los otros y sería importante que cambiaras?
¿Qué cosas haces que te causan sufrimiento a ti mismo/a y sería importante que cambiaras?
Desarrollo Profesional
¿Te gusta de verdad tu trabajo?, ¿qué has aprendido en el último año?, ¿cómo se presenta el nuevo año en tu trabajo?
Vida en Pareja
¿Qué te gustaría recuperar con tu pareja, qué perdiste?, ¿cuáles son las puntos flacos de vuestra relación?, ¿y los fuertes?
Tiempo libre
¿Qué cosas hacías hace años en tu tiempo libre y dejaste de hacer?, ¿qué no has hecho todavía y te gustaría hacer?
Vida Social
¿Qué amigo hace mucho tiempo que no ves?, ¿estás satisfecho con este aspecto de tu vida?
Dinero
¿Qué ajustes serían necesarios hacer en tu vida para vivir con mayor tranquilidad?
El dinero sirve para ….
Aportación a la sociedad
¿Qué colectivo consideras que está necesitando más ayuda?, ¿qué podrías hacer tú por ellos?
Estas pueden ser tus preguntas, o quizás sean otras que te llevan rondando la cabeza desde hace tiempo. Pero piensa, y escribe. Que éste es el comienzo de algo que puede ser grande. De aquí puedes sacar unos propósitos de comienzo de año que realmente signifiquen algo para ti, más allá de esos clásicos que inundan las televisiones cada primero de año, como “aprender inglés” o “volver a ir al gimnasio”. Pero también podrás sacar motivación, ese estado emocional que nos lleva de la calma a la acción en un chasquido. Una especie de percha, como las de las estaciones de esquí, que nos hace salir propulsados ladera arriba y nos permite emprender el cambio que buscamos. A partir de ahí nuestros nuevos propósitos requerirán buenas dosis de voluntad y probablemente bastante esfuerzo, pero eso, ya pertenece a nuestro próximo post.
Feliz 2016!
